Confesiones de un Lunes por la Noche

El pasado fin de semana me desperté y lo primero que hice fue mirar la hora. Ok, ¿y esto a que viene?. Lo miré y era tarde, toda una mañana perdida. Cachi en la mar, pensé...

Me convierto en persona, o al menos lo intento y enciendo el ordenador. Vuelvo a mirar la hora.... Algo ha pasao.

Al grano. Habían cambiado la famosa hora de otoño, me habían "regalado" una hora y eso me hizo sentir mejor. Que triste, en?

Esto podría ser otra simple moraleja de "tempos fugi" de no perder el tiempo. Y me da mi que lo es. Que original que soy a veces...

Pero quiero ir mas allá, o al menos intentarlo. Hoy me quiero confesar, no en plan "ave maría purísima" que en el padre nuestro siempre me salto (sin querer) la estrofa de "perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden". Tengo dixlesia y la uso de escusa a menudo.

Me voy por las ramas...

Venia contando por aquí, una historia. Verídica y muy reciente. Confesé, muy valientemente. Véase la ironía. Que por primera vez me había enamorado de verdad de la buena. Las esperanzas son muy chungas. Hoy después del chasco de saber lo que debí haber asumido en su momento me dispongo a superarlo. Pero hoy no es esta la historia, esto pasa hasta en las mejores familias.

Quisiera compartir otra historia. Justo hoy me ha pasado algo. Algo que tiene relación con un clásico de la vida que escribí allá por ¿Julio?. Y que comente brevemente también hace unos dias en otro post.
Hoy, estaba yo en una cafetería con una amiga. Todo normal hasta ahí. De repente mi amiga me pide que mire detrás mía... Me giro y allí estaba ella, Pilar. Ella fue mi amor platónico, mi profesora de lengua, la persona con la que descubrí (a mi ritmo) que era lesvi. La mujer que marcó mi vida.
Hacia años que no la veía. Desde aquel fin de curso en el que me temía que nunca la volvería a ver. Un trauma de la adolescencia.

Pero hoy, después de todos estos años teniéndola en mi memoria, icononizandola y nostalgicamente recordándola, la he cagado. Y perdonen la expresión. Pero viene a hacer referencia a la paradoja de el cambio de hora de otoño.

Cuando me he girado, ella estaba de espaldas, pero la he reconocido como si su última clase hubiera sido ayer, sigue igual de guapa. Mi mente se bloqueó y se unió con una avalancha de "no se que palabra usar". Mi primera intención fue levantarme y saludarla. Pero mi cuerpo no ha reaccionado. Mi cara era un poema de Lorca por lo menos. Pero... ella se fue tan rápido como llegó, buscaba algo que no encontró y se marchó dejando atrás mi gran oportunidad de al menos saludarla. Pero... y de hay todo eso que se me vino a mi mente... ¿y si no se acuerda de mi? ¿y si no le hace ilusión verme? ¿y si digo alguna estupidez? (tengo tendencia a meter la pata gratuitamente). ¿Y si qué? Y si pierdes la oportunidad de volver a hablar con la persona que marco un antes y un después en tu vida. Despues de mas de 5 años. No me llamen subnormal porque ya me lo llamo yo.

Andrea Dedication.