19 de octubre de 2008

En un Armario empotrado

Quién me hubiera dicho hace ya años, el tiempo que se puede sobrevivir en el armario sin morir en el "intento".
Pero eso si, los sustos te los llevas de vez en cuando. Admitamos que los hay de muchos tipos, los sutiles que no tienen importancia aunque les des mil vueltas, los descarados que no te dejan dormir y tienes que disimular haciendo algo muy hetero. Los "paranoicos" cuando pasa algo y no sabes exactamente si saben que eres gay o que te gusta camela...
Pero el momento que se lleva la palma de oro es la pregunta directa. Esto no pasa siempre, pero cuando pasa es traumático, o liberador.

Corría el año ¿1999? La verdad que no recuerdo, pero yo era muy joven, y en un portal de mi antigua urbanización se produjo el acontecimiento. Una amiga de estas que te llevas de pena por rachas en esa época en la que todo se exagera. En fin, que fue la primera (y no última) vez que me hicieron la pregunta.

o_o ¿Lesvi yo? o_o Pero si no tenia ni cuerpo para afrontar la pubertad como para liarla con algo así, que ni sabia escribir. Mi cara debió haber quedado para la prosperidad, y ser maravilla del universo de mi armario empotrado. Pero no fue así, elegantemente me indigne con la susodicha pregunta y lo negué. Eso si, admitamos que mis amigas iban espavilando y yo me quedaba estancada. No sabia que estaba pasando, no me paraba a pensar demasiado, quizás por que no sabia que era ser lesvi con exactitud, pero si sabia en lo mas profundo de mi, que aquel día era el primero en el que empecé a cerrar mi puertecilla.

Moraleja "si el rió suena, agua lleva".

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