Siempre que me han pedido consejo he intentado ser razonable y no divagar. Cuando aconsejamos siempre existe esa posibilidad de no estar a la altura, de confundir aun mas o de no ser imparcial por algunos prejuicios. Las cosas son así.
Esto que vengo a contar puede no tener mucho valor viniendo de mi, porque yo misma no soy capaz de tomarlo muy en cuenta, pero es algo que a surgido en mi mente justo después de ver un episodio de HC. Si, por alguna extraña razón sigo viendo hc.
Eso de "no perder el tiempo", "aprovechar las oportunidades de la vida" o "solo se vive una vez" son cosas que siempre están en el aire. Que todo el mundo dice alguna que otra vez... Esta historia de guión improvisado me ocurrió este año.
Una mañana de Enero, mientras me encontraba estudiando en el extranjero, la conocí. Al muy poco nos hicimos grandes amigas, mi mejor amiga. La mejor relación de amistad que había tenido en mi vida. Y aquello era muy recíproco.
Yo continuaba en mi armario incluso al otro lado del charco... Esto no tiene perdón de dios, lo sé.
Una fría tarde de no recuerdo que mes (quizás Marzo) tomando algo en Starbucks, entablando una conversación típica, me planteé por primera vez decirle de mi, aquello que siendo tan amigas no era capaz de confesarle.
En mas de una ocasión y con mi espectacular sutileza mezclada con mi mala pronunciación del inglés y una copilla de menos, estuve cerquisima de decir eso tan simple como "no soy hetero".
Pero fui incapaz.
Fui evolucionando como un digimon cualquiera, pasaron mil y una cosas y me empecé a dar cuenta que sentía algo por ella. Algo que se fue convirtiendo poco a poco en la primera vez que de verdad amaba a alguien. Pero tenia los pies en la tierra. Muchas cosas se interponían, bueno solo dos... en verano nos separaríamos y ella no entendía... ¿y eso de las etiquetas?
Desde la seguridad de mi armario, hice mas de una broma ambigua de las que a mi me gustan. Me llamaba valiente por ello y era feliz en tontilandia, sin saber que era triste que le ocultara a mi propia mejor amiga aquello, y eso me hacia sentir muy mal. Pero no me daba el empujón definitivo.
Cuando ella me habló de él en una fiesta mi alma se hizo pedazos a cámara lenta. Pero en mi mente quería hacerme la idea. Superarlo y pensar en ella y apoyarla como se merecía. Pero nuestra relación empezó a ser cada vez mas ambigua, o al menos en mi retorcida mente. Eso no lo sé.
El último mes fue el mejor de toda mi vida. En las últimas semanas íbamos asimilando poco a poco la inminente despedida. Y yo, a cada noche que salimos en los últimos días a solas, estuve a una copa mas de confesarle que la quería como jamas había amado a nadie. Pero temía que lo mas valioso que había conocido se rompiera o se enfriara después de haber perdido tanto el tiempo, y no sirviese de nada. Pero también dicen "nunca es tarde" ¿no? Pero no lo hice.
La última noche fuimos a una discoteca gay. Era su última noche y ella eligió el lugar. Pasé la mejor de las noches y la mas triste de las despedidas. No fueron suficientes ni la cerveza de la cena, ni la otra de la disco, ni la copa de nombre inmemorable. Pero a veces las palabras no hacen falta, yo siempre dude de si ella sospechaba. Pero no fue nuestro momento.
A la mañana siguiente de ese mes de Junio, me levante temprano y tres autobuses me llevaron al aeropuerto escuchando a Camela de fondo con mi iPod, no, es broma, seguramente seria alguna lenta de Avril Lavigne, para que acompañara el momento, pero eso es lo de menos. Una vez allí, apenas pude articular palabra. Imagino que no hacían falta.
Nos tomamos de nuevo algo en Starbucks, mirando el reloj cada medio segundo. Y llegó el momento. Dejando mi Vanilla Bean entero, fuimos al momento critico. En un intento de evitar un momento de llorilandia gire mi cabeza para limpiarme las lágrimas. Al volverme, mientras nos decíamos adiós con un abrazo, le dije " I'm gonna miss you so much". Y se marchó.
Nos tomamos de nuevo algo en Starbucks, mirando el reloj cada medio segundo. Y llegó el momento. Dejando mi Vanilla Bean entero, fuimos al momento critico. En un intento de evitar un momento de llorilandia gire mi cabeza para limpiarme las lágrimas. Al volverme, mientras nos decíamos adiós con un abrazo, le dije " I'm gonna miss you so much". Y se marchó.
¿no os habeis vuelto a ver? ¿no le has dicho nada? que pena...
ResponderEliminarCreo que voy a llorar, es una historia triste...ojala puedas volver a tener la oportunidad de verla y entonces decirle todo lo que sentias por ella...desde aca, Chilito lindo,te mando fuerzas mira que a mi me pasó una vez y no sabes cuànto me arrepiento de no decir lo que sentìa...
ResponderEliminarCariños y me encanta como escribes.
Carolina